sábado, 15 de septiembre de 2012

Senda de las Carboneras. Ruta 080 de A. Campos(12.9.2012)



Participantes: Miguel Ángel,  Pablo C., Paco, Pablo E., JL, JG (y Neska), Manolo, JP, Juan Ángel y Fernando.

Siguiendo la carretera M137 que tomamos al poco de sobrepasar el pueblo de Buitrago de Lozoya, pasamos por Gandullas, Prádena del Rincón y Montejo de la Sierra; atravesamos más tarde por el bello Puerto de La Hiruela y, tras recorrer 3 Km. más, llegamos al muy cuidado pueblo de La Hiruela, ya casi en el linde de la Comunidad de Madrid con la Provincia de Guadalajara.

La Hiruela se encuentra en una zona de montaña de altura media, en torno a 1.200 m., cubierta toda ella de robledales infinitos. Estos árboles son los que han permitido la vida en un entorno difícil, sobre todo, en invierno, con muy bajas temperaturas y nieves en las calles de la localidad y en los campos, hasta llegada la primavera.

En las proximidades de La Hiruela todavía se pueden ver cómo eran los hornos, semicubiertos por barro, en los que lentamente se quemaban los troncos y las ramas de los robles que llenan estas montañas y valles, en muchos kilómetros cuadrados, para convertirse en "Carbón de Roble".

La excursión para mí no fue muy dichosa. La infelicidad comenzó estando ya en La Hiruela, al comprobar que las botas se me habían olvidado en casa... Yo había salido de casa con unas sencillas sandalias, que utilizo corrientemente en estas fechas. Los compañeros de aventura me convencieron de ir con las sandalias a la excursión, puesto que no había dificultades para andar, pues toda la marcha se haría por caminos de poca pendiente y sin ninguna complicación. (Qué vergüenza, con mochila montañera y yo en "sandalias")... Ojalá todos los males en la montaña sean tan malos como este.

Al salir del pueblo, tomamos una pista de tierra que con poco desnivel hacia arriba y en dirección Noroeste que nos adentra entre robles en la montaña; para torcer en menos de 2 horas hacia el Sur, sorteando la "Morra de la Dehesa", de 1.411 m. de altitud. A partir de aquí, lentamente el camino comienza a descender, lo cual facilita al grupo hacer el paso más largo y ligero. Ese pequeño desnivel, sin embargo, perjudicaba mi andar y, poco a poco, me fui retrasando en la marcha, hasta perderlos de vista durante un buen rato.

Esta soledad me trae viejos recuerdos que van ganando fuerza y realidad al ritmo de mi lento bajar por la pista forestal. Es el vecino valle de Majalrayo, de donde parte la ruta que va al "Ocejón" (2.048m de altitud), al que ya subí en dos ocasiones en los años 60. Más tarde, en los 70, Teresa y yo recorrimos también aquellos paisajes. Estos recuerdos mitigan ahora mi andar solitario, al encuentro con el grupo que me espera al final de la pista. Este final de la pista, unos 5 Km. más adelante, ya lo alcanzo yo, y me reúno con mis compañeros que me estaban esperando, con la bota de vino y los "panchitos".

Continuamos por la trocha que se abre al final de la pista anterior, girando hacia el Norte, por el collado de "Mingo Gómez", entre el anterior "Morro de la Dehesa" y el "Cerro el Morro", nos dirigimos hacia La Hiruela, cruzando un puente de madera, hasta encontrar la carretera que va al pueblo, a solo unos cientos de metros. Descansamos en la Plaza Mayor, sentados en unos bancos habilitados por un bar de la plaza, reconfortados por adecuados refrescos.

A unos metros, en un panel, se describen fotográficamente, los entornos que se abren hacia el Oeste.

Fernando.

Madrid, 15 de Septiembre de 2012.



4 comentarios:

JP dijo...

Una vez se le pasó el cabreo, Fernando cumplió con el relato, escueto y muy bien escrito.
Quiero sin embargo comentar que hubo algún suceso más digno de mención.

Pese a habernos agasajado M.Angel con una ricas tejas para acompañar el café que nos dio Fernando, después nos invitó en el pueblo a un refresco para celebrar el nacimiento de su primer nieto(niña).

Además Miguel que había avisado de que no podía venir a la excursión su hija iba a parir, nos confirmó el evento(via sms) y ya tiene su cuarto nieto (primer varón).¡¡ A ver quién le supera !!


manolo dijo...

Como la sierra pobre de Madrid tiene muchas curvas, Miguel Angel, Neska y JL nos mareamos y tuvimos que parar para reponernos un poco. Yo nunca había visto una perra mareada pero creo que sentía lo mismo que yo. Pero la historia no acaba aquí puesto que un poco mas adelante vimos parado el Toyota de Manolo, por la misma razón. Como ya sabéis tenemos dos nuevo nietos recién nacidos: Delia del hijo de Miguel Angel y el nieto de Migue,l que tal vez un día nos remplacen en esto del senderismo; pues aunque unos se van otros vendrán. Saludos
JL

Anónimo dijo...

Estamos acostumbrados a recibir como algo normal el nacimiento de nietos/as y alegrarnos por ello; pero no nos resulta fácil el aceptar otros sucesos, normales, que la vida nos va presentando y que nos sume en tristezas difíciles de alejar. Hoy ha sido la decisión de Fernándo, comunicada en un correo, de aminorar la frecuencia de sus venidas a nuestra "próxima excursión". Leyendo hoy sus recuerdos de las andanzas montañeras por estos parajes con su querida Teresa uno siente una emoción, triste pero alegre al mismo tiempo, por un recuerdo tan bello.

Un abrazo

Chicho

manolo dijo...

Fernando escribe una crónica intimista en la que nos hace partícipes de sus sentimientos, de su soledad y de sus recuerdos de estos lugares que compartió tantas veces con su amada Teresa.
Esta crónica unida al email que nos envió son para él el comienzo de una seguna jubilación, y ya sabemos todos lo que eso significa en nuestras vidas.
Hay un detalle que dice mucho de la personalidad de Fernando: olvidó sus botas de montaña, pero no el café cargado con el que nos ha obsequiado durante todos estos años de compartir nuestras salidas a la montaña.
Un saludo y mis felicitaciones a los que han sido abuelos recientemente. Miguel Ángel por primera vez y Miguel por cuarta, pero esta vez ha sido su primer nieto varón.
Abrazos,
Manolo.