miércoles, 31 de octubre de 2012

Subida a la cima de El Yelmo y a los Chorros de La Pedriza




   Después de algún intento frustrado, por fin, cuatro aguerridos y experimentados compañeros senderistas, nos hemos lanzado a subir al pico más alto, pero más suave, de La Pedriza del Manzanares. El que este relato suscribe, llevaba ya más de un año realizando labor de zapa en el grupo, tanteando sensibilidades y recabando información, llegando a la conclusión de que el día idóneo para proponer la subida era este miércoles 24 de octubre en el que no había previsiones de lluvia ni de nieve y el sol no nos iba a atacar duramente y que no se iba a quedar solo en la propuesta. De todas formas, doy gracias a los que me apoyaron aunque no vinieron por diferentes causas y, sobre todo, a los tres amigos que me acompañaron, JP, Jero y Miguel.
   La idea es subir por la senda Maeso desde las urbanizaciones de Manzanares, hasta alcanzar la base del Yelmo y ya, desde allí, buscar la grieta de la cara norte que nos conduzca a la cima y al punto geodésico.
   Ya en las urbanizaciones nos encontramos con obras en las calles y tuvimos que dar un pequeño rodeo hasta que encontramos la senda Maeso. En cuanto que se sube un poco, las vistas son preciosas. Así, de vista en vista, pasando por la cueva del Ave María, el Caracol, y después de dejar atrás el Risco del Ofertorio, arribamos al extremo este  de la Gran Cañada: parada, panchitos (y demás alimentos proteínicos) y además abrimos una botella de vino especial para los cuatro esforzados senderistas, botella pagada por Paco, el “eximio” que abajo firma.
   El tramo de la senda desde aquí a la base del Yelmo la encontré un poco dificultosa, pues tuvimos que soltar los palos en varias ocasiones para poder aferrarnos a las rocas con 1as manos y además observé que si hubiera hielo, las lanchas inclinadas de roca con superficie lisa, posiblemente impedirían el curso normal de la ascensión. Bueno, como el día está muy bien para pasear y no hay hielo ni hace frío, pues hemos sido capaces de llegar a la base del pico.
  Nos disponemos ya a buscar la grieta por la cara norte. En esto que vemos algunos grupos de excursionistas jóvenes, chicos y chicas, que están intentando lo mismo. Nos acercamos a un grupo que se ha metido por la grieta derecha de dos que son paralelas y JP los sigue, así, con un par de bellotas. Ninguno logra avanzar mucho en su ascenso pues hay dificultades varias que hacen imposible la subida. Después de intentarlo varias veces, JP, ya un poco cansado, deja la grieta, justo en el momento que otros jóvenes están bajando por nuestra izquierda, es decir, a la izquierda de las dos grietas paralelas. Resulta que no se debe subir por donde lo estaban haciendo JP y otros, sino que, ignorando estas dos grietas paralelas, hay que coger a la izquierda de ellas, subir un poco por las rocas y allí encontramos otra roca que hay que salvar por abajo (hay una ventana que lo permite) o por arriba (como cada uno prefiera) y siguiendo a la derecha y subiendo, llegar a la chimenea que nos va a llevar a la cima. Vale; pues así lo hacemos, dejamos las  mochilas y metemos nuestros cuerpos en la grieta en plan egipcio, es decir, que tendremos que hacer la subida moviéndonos lateralmente.
La primera sorpresa que nos llevamos es que la chimenea no es vertical, sino inclinada, lo cual facilita el movimiento de subida, pero la segunda sorpresa es que no nos quedamos casi en ningún momento suspendidos en el aire (como todos imaginábamos), sino que casi siempre teníamos los pies sobre alguna roca y cuando tuvimos que suspendernos un poco, la rugosidad de las rocas era tan pronunciada que ¡no nos podíamos resbalar! Así es que, poco a poco y avanzando lateralmente, llegamos al final de la hendidura. Allí había otros chicos que nos hicieron unas fotos con nuestras cámaras. Ya se ve el hito y sólo resta avanzar unos metros por unas rocas lisas y encaramarnos a lo más alto de la Pedriza. Ni qué decir tiene que la vista es espectacular y en redondo y es imposible resaltar cuál es la más atractiva. Yo chorreo felicidad. Un joven nos comentó que se animó a subir por la hendidura ya que “ustedes también lo hacen”. Traducción: “Ya que esta panda de viejarras puede subir, yo, que soy joven, también lo puedo hacer”. Bueno, cada uno es lo que es ¡qué le vamos a hacer !



   

   Ahora ya nos toca descender a la base y almorzar allí. Es lo que hacemos con suma facilidad. Nos metemos entre pecho y espalda lo que queda de la botella de vino y al final saco un orujo-sorpresa casero de Orense. También comimos algo, claro.
  Ya bajando hacia Canto Cochino, nos pusimos en contacto con Chicho y Pablo que hoy han elegido la ruta de las Chorreras del Manzanares (excursión también muy bonita y recomendable en esta época del año) para quedar en los aparcamientos: nos llevarán en coche hasta los nuestros. Pues resulta que yo esta  bajada la considero más cómoda para subir que por donde la hemos hecho. Nos metimos por el Hueco de las Hoces, dejando a nuestra izquierda La Lagunilla, pasamos por el Barranco de los Huertos y terminamos cruzando el arroyo Majadillas por una pasarela, las Casas Forestales, pasarela sobre el Manzanares y parking.

  Una incidencia: nuestro amigo Fernando quiso subir también al Yelmo desde Canto Cochino por una ruta que él recordaba haberla hecho cuarenta o cincuenta años atrás. Por desgracia no la encontró y tuvo que volver a casa después de darse una caminata por La Pedriza.

 Y esto es todo. Quiero deciros, compañeros, que esta ascensión me ha dejado un buen sabor de boca.
Relato: Paco

      


Pablo y Chicho se fueron a los Chorros del Manzanares :








Fotos:
https://plus.google.com/photos/105813326414619650373/albums/5803630140073971729?authkey=COuuyMqBvY-8Ew#photos/105813326414619650373/albums/5803630140073971729

5 comentarios:

JP dijo...

Pongo esto para reservar el lugar correspondiente a la posible crónica de Paco.

manolo dijo...

Ya está incluida la crónica de Paco.
Un gran logro de los valientes marchosos.
Manolo

Anónimo dijo...

Muy bien Paco!. Una crónica que refleja de una forma detallada y a veces jocosa, la ascensión a esa cima tantos años inalcanzada. Una semana más tarde y se te mete el hielo en el Yelmo, Huy!!. Por fin puedes buscar otra ilusión, ya nos contaras!

Saluditos.

Chicho

JP dijo...

Por fin Paco ha tenido un rato en su azarosa cotidianidad y ha escrito el relato de la hazaña que corría riesgo de quedar silenciado.

Ha conseguido revivir los momentos vividos, emocionarse como lo hizo entonces y seguramente emocionarnos. Seguramente es necesario añadir a la propia satisfacción la que nos transmitió así como su agradecimiento por haberle acompañado. Digamos que ese día sacamos lo mejor de nuestro Paco, como montañero y compañero.

Anónimo dijo...

Se ve que Paco lo ha disfrutado.
No sé si felicitarle o recordarle que después de cuatro intentos anteriores ya iba siendo hora que se preparara concienzudamente para conseguir su objetivo.
Bueno nos felicitaremos todos, a él por conseguir su objetivo, y a los demás por que no tendremos que sufrirlo durante una temporada, que espero sea larga.
Pablo